Concebida como un sistema de altavoces capaz de dar forma y expresar sin limitaciones los aparentemente brutales contrastes que a menudo coexisten en la música –fuerza versus delicadeza, dinámica versus melodía, amabilidad versus impetuosidad, armonía versus caos- la Lilium es una columna que bebe de los prestigiosos modelos The Sonus faber , Aida y Extrema 30 para materializarse en un sistema que alberga dos identidades separadas que, aunque trabajan de manera independiente, cooperan entre sí. Sin duda, un desafío complejo desde el punto de vista técnico que implicó desarrollar un recinto con el volumen suficiente para reproducir con una fidelidad absoluta la zona baja del espectro y combinarlo con otro que albergara los transductores responsables de la parte principal del espectro audible. Sin duda, un desafío complejo desde el punto de vista técnico que implicó desarrollar un recinto con el volumen suficiente para reproducir con una fidelidad absoluta la zona baja del espectro y combinarlo con otro que albergara los transductores responsables de la parte principal del espectro audible. Desde el punto de vista electroacústico, la Lilium es un sistema de 3,5 vías que se beneficia de la transferencia de tecnología desde los modelos de referencia que Sonus faber siempre ha practicado, aunque sus diseñadores insisten especialmente en subrayar que estamos ante mucho más que una versión a escala reducida de la antes mencionada Aida. La realidad es que la nueva columna de Sonus faber incorpora elementos de ultimísima generación que proceden del complejo proceso de creación y desarrollo tecnológico que hizo posible la citada Extrema 30, el “supermonitor” compacto presentado a finales del pasado mes de marzo para celebrar el 30º Aniversario de la fundación de Sonus faber . Así, para el sistema de emisión de subgraves se optó por utilizar un recinto independiente completamente aislado –aplicando una versión evolucionada de la “Zero Vibration Transmission Technology” de Sonus faber - al que se añadió una solución directamente adoptada de la citada Extrema 30: el uso de un altavoz pasivo en vez del siempre más sencillo y ruidoso puerto bass-reflex. En combinación con una cuidada dotación de transductores diseñados y hechos a medida con los criterios más exigentes, el resultado es una caja acústica con una curva de respuesta en frecuencia prodigiosa y una sensibilidad muy cómoda que le permite combinarse con un amplísimo abanico de electrónicas.
Características:
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